viernes, 27 de diciembre de 2019



Cuando todo empezó dibujaba la mano izquierda con la derecha,
miraba fijamente las lineas y marcas en la palma, en el dorso, en las falanges... 

Durante el impacto invente maneras de tener tentáculos,
agudice formas de reptar, agarrar, mear, comer, caminar, dibujar, arañar y amar.


Olvide mi forma.
Perdi mi contorno.

Viajé hasta los cimientos, reconstrui tejidos óseos,
me vi amarilla seca y de museo.
Permaneci en formol mientras me acostumbraba a la quietud irremediable.

Recordé penetraciones,
movimientos violentos y carnívoros,
vi la sangre, los espantos blandos y olorosos.
Sobrevivi al dolor con morfina y marihuana.

Entre los cerros tatuando mis pupilas, 
desperté siendo araña y calavera chispeante,
en un nuevo carnaval,
con la serena certeza que mi cuervo no duerme.